El fútbol no es justo económicamente para las mujeres
- Cristian Corona
- 16 oct 2023
- 5 Min. de lectura
Guatemala es un país futbolero o al menos así lo reconocen muchas personas dentro del país, esta afirmación popular no es del todo correcta, la pasión y la profesión existe; aunque no para todos, menos para las mujeres que quieren profesionalizarse como futbolistas. Ciertamente su profesionalización ha ido en aumento pero existen muchas injusticias dentro del país.
El fútbol femenino inicia en 1950 con Marina Hernández fundando la asociación de fútbol femenino, aunque con rechazo desde el inicio. Enrique Palomini, entrenador de la selección masculina de aquel entonces, no quiso tomar el cargo.
El 10 de diciembre de ese mismo año se jugó el primer partido de fútbol femenino con el primer club -Cíbeles- y fue en 1951 que se realizó el primer partido femenino de manera internacional para el fútbol guatemalteco.

Jugadoras de Cíbeles, primer club de fútbol femenino en Guatemala. Foto: Distrito Deportivo
Desde esos hechos, se han ido creando y formando clubes para impulsar el fútbol femenino en el país.
En el 2023, la Liga Nacional de Fútbol Femenino de Guatemala es una realidad y es un proyecto que hasta la fecha se está desarrollando. Su realización (así como también la masculina), necesita de muchas cosas para garantizar su correcta realización, sustentabilidad y desarrollo.
Las canchas, los clubes, los organismos reguladores pero sobretodo y más importante, las jugadoras. Para poder desarrollar un partido de fútbol es necesario tener a 22 jugadores paradas en el terreno de juego listas para poder disputar el partido.
Hoy no puedo, tengo que trabajar
El 50% de las jugadoras que forman parte de la Liga Nacional reciben solo una ayuda económica (gasolina o para transporte), solo para movilizarse al entrenamiento o al lugar acordado para entrenar.
El otro 50% no recibe absolutamente nada de dinero para sostener esta -profesión- y solo 10 obtienen un sueldo arriba de los Q4,000, esto según Vanessa Ovando, Comunicaciones Femenil, Seleccionada Nacional retirada y parte del sindicato de futbolistas profesionales de Guatemala.

Vanessa Ovando en su etapa como jugadora de Cremas Femenino. Foto: Cremas Femenino / Facebook
Esto obliga a las jugadoras a mantener un empleo formal para sostener su carrera deportiva, esto implica someterse a sacrificios extras a los cuales no todos los futbolistas masculinos hacen, al menos no impuesto indirectamente.
Tomando en cuenta que la gran mayoría tendrán que hacer este ‘sacrificio’ para mantener su estilo de vida o vida en general.
La FIFA -Federación Internacional de Fútbol Asociación- como máximo rector regulador del fútbol tiene proyectos con las federaciones para impulsar el desarrollo y profesionalización del fútbol femenino en sus países asociados.
“La Estrategia de fútbol femenino de la FIFA marca el rumbo de cómo la FIFA trabajará con las Confederaciones y las federaciones miembro, los clubes y jugadoras, los medios de comunicación, los aficionados y otras partes interesadas para afrontar y superar los desafíos”, informó la FIFA en su sitio web.
Como sus grandes objetivos tiene aumentar la participación, no solo para promoverlo sino también para que más mujeres tengan acceso al fútbol.
Mejorar el valor comercial es importante para sostener el fútbol femenino, no solo porque el fútbol es un negocio, sino porque entre más ingreso, más oportunidad para que las jugadores logren optimizar su tiempo y mejorar la calidad que entreguen en su desempeño deportivo.
Sobre todo sentar las bases para aumentar la participación femenina en el fútbol, la FIFA tiene un plan de acción para poder desarrollar esto a nivel mundial pero la FEDEFUT (Federación de Fútbol de Guatemala) por su parte no toma mucha parte en este proyecto.
Aunque según Jonathan Interiano, Presidente de la Liga Nacional de Fútbol Femenino de Guatemala, el acercamiento de la Fedefut hacía la Liga Femenina, es nula, no hay participación ni necesidad de ver el progreso.

Jonathan Interiano dando premio en la Liga de Ascenso de la Liga Femenina de Fútbol de Guatemala. Foto: Jonathan Interiano / X
Se siente la presión como la de las de las barras de los equipos
Algunos países cercanos como Estados Unidos y México, aunque no en su totalidad, el deporte femenino (en este caso el fútbol) ha tenido importantes avances en la búsqueda de la equidad.
En Estados Unidos, las jugadoras femeninas que van a la selección ganarán exactamente lo mismo que un futbolista masculino con base en varios factores como la cantidad de partidos jugados, entre otros.
Resulta que en Guatemala pasa todo lo contrario, los directivos de los equipos se han visto en la obligación de crear una filial femenina para poder ser parte de la liga. Algunos han ido consiguiendo patrocinadores para hacerlo sustentable, mientras que otros ni meten las manos.
Los que están, no están al 100% porque buscan invertir lo menos posible en las jugadores y es algo en lo que el gremio de jugadoras busca cambiar.
Cada vez son más las jugadores que están siendo capacitadas para saber cómo firmar un contrato formal (las que tienen) y asegurar la cantidad de dinero que ofrece el club aunque no sea un sueldo mínimo.
Un poco de luz, como el del foco del vestuario
El hecho que exista una liga dedicada al fútbol femenino en una categoría absoluta es un gran avance para el fútbol femenino, cumpliendo con sentar bases para el inicio de esta profesionalización.
La Liga ya cuenta con la empresa Zeta Gas como principal patrocinador, este ingreso económico le da algunos reconocimientos económicos a la Liga para seguir impulsando el desarrollo.
Antes de que piten el final
La evolución de este deporte en el país, más allá de los problemas expuestos con anterioridad, se enfrenta a la opinión pública. Un país donde la creencia común es que las mujeres no pueden o saben jugar a este deporte también complica más las cosas para que se vuelva atractivo para el gremio empresarial.
Esta problemática no es exclusiva de Guatemala; es un problema sistémico que trasciende fronteras y se manifiesta en todo el mundo. Un ejemplo reciente que ilustra este desafío ocurrió en España, donde la falta de valoración del fútbol femenino quedó patente durante la final del Mundial Femenino de 2023.
En ese evento, Luis Rubiales, presidente de la Real Federación Española de Fútbol, y Jenni Hermoso, una destacada jugadora del equipo español, protagonizaron un momento icónico al compartir un beso en medio de la celebración tras la victoria.
Este gesto de afecto y camaradería entre dos figuras prominentes del fútbol español generó una ola de críticas y polémica, revelando cuán arraigados están los prejuicios de género en el deporte.
Luis Rubiales, el presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), besó de manera no consensuada a una jugadora y esto desencadenó una gran polémica pública que concluyó con la renuncia del presidente de la RFEF.
Aunque en Guatemala no ha sucedido algo por el estilo, se ve mucho en redes sociales cómo existe una falta de respeto hacía las jugadoras al solo resaltarlas por su apariencia física y no por su fútbol, esto sigue deteniendo el desarrollo del fútbol femenino en Guatemala.

Celebración de Unifut Antigua. Foto: Unifut Antigua / X
El avance del fútbol femenino se consolidará cuando el público guatemalteco abrace la igualdad y reconozca el fútbol femenino como una manifestación igual de apasionante y digna de atención que el fútbol masculino.
En la búsqueda de la igualdad de género en el deporte, es crucial que se promueva una mentalidad que no diferencie entre el fútbol masculino y el femenino. Esto implica ver a las futbolistas como atletas de élite que merecen el mismo respeto, admiración y apoyo que sus contrapartes masculinas.
Cuando el público de Guatemala y, en general, el mundo, empiece a ver "fútbol" sin distinciones de género, se abrirán oportunidades sin precedentes para el desarrollo y la promoción del fútbol femenino.
Esto incluye el aumento de la visibilidad en los medios de comunicación, el patrocinio y las oportunidades para las jugadoras, así como una mayor participación de la comunidad en el deporte. La igualdad de género en el fútbol no solo es una cuestión de justicia, sino también una forma de enriquecer el mundo del deporte con talento y diversidad. Es hora de que el fútbol se celebre por su excelencia sin importar el género de quien lo juega.
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